Como consumidores de Internet, todos y cada uno de nosotros generamos nuestra propia huella digital. O lo que viene a ser lo mismo, dejamos rastro de nuestros datos durante la navegación, cuando visitamos una página web, al crear un perfil en una red social e incluso cuando escribimos una reseña. Todas las acciones que llevamos a cabo en la red dejan nuestra huella y determinan nuestra identidad digital.
Pero, ¿cómo puede repercutir nuestra huella digital en la privacidad y seguridad como usuarios? ¿A qué nos exponemos?
Tabla o índice de contenidos
Qué es la huella digital
La huella digital es el rastro de datos que deja todo usuario cuando navega por Internet. Como en las páginas webs que se visitan, comprando online, escribiendo una reseña o compartiendo información por redes sociales, etc.
A medida que se utiliza Internet aumenta el rastro de información que dejamos sobre nosotros mismos, haciendo crecer así nuestra huella digital.
Se trata de información que puede servir a terceros para conocer las preferencias del usuario y ofrecerle la venta de productos o servicios personalizados. Pero también puede ser utilizada de forma negativa, como uso fraudulento, tráfico/venta de datos, rastrear los dispositivos de una persona y/o su actividad online.
Por ello la huella digital, también llamada huella electrónica o sombra digital, afecta directamente a la seguridad y privacidad de los usuarios, por lo que es importante tomar conciencia de ello para tomar las medidas de precaución necesarias.
La huella digital de cada usuario conforma su identidad digital, es decir, su “yo virtual”. Esta identidad digital incluye los datos que el usuario va dejando en Internet como consumidor de productos y contenidos online, además de cómo quiere que lo vean otros usuarios, especialmente en las redes sociales.
Cómo puede afectar tu huella digital en la seguridad y privacidad de tus datos
Posiblemente la mayoría de los usuarios de Internet no son conscientes de la forma en que contribuyen a la generación de su huella digital y el impacto o consecuencias que ésta puede tener.
Cada vez que navegas por Internet y visitas una página web dejas una información determinada al propietario del sitio web. Como tu IP, que proporciona la ubicación geográfica, el sistema operativo de tu dispositivo, el navegador que utilizas, tu idioma o páginas visitadas.
En principio esto no supone ninguna vulneración de privacidad, ya que se trata de datos meramente estadísticos que sirven para crear perfiles de visitante o comprador, segmentar al público y mejorar la experiencia del usuario a través de las cookies. Gracias a ellas, por ejemplo, puedes entrar a tu correo electrónico, redes sociales u otros sitios en los que te has registrado sin necesidad de volver a introducir tus credenciales de acceso. Aunque también puedes optar porque tus credenciales (usuario y contraseña) no sean recordadas. Esto último es lo recomendable si utilizas un equipo compartido o de uso público.
Uso fraudulento de tus datos
No obstante existen muchos tipos de cookies, algunas de ellas recopilan datos que pueden llegar a crear perfiles completos con información personal, más allá de la mejora de la experiencia de usuario o los datos estadísticos. En este caso, la información obtenida puede contener datos sobre tu sexo, salud e incluso información financiera.
Los sitios web pueden rastrear tu actividad mediante la instalación de cookies en tu dispositivo, así como las aplicaciones pueden recopilar tus datos sin tu conocimiento. De la misma manera, cuando permites a una web acceder a tu información, esta podría vender o compartir tus datos con terceros.
En el peor de los casos, tu información personal podría verse comprometida como parte de una filtración de datos y un uso fraudulento de los mismos. Por ejemplo, podrías ser víctima de una estafa de ingeniería social o de robo de identidad.
Por ello lo recomendable es no aceptar todas las cookies, sólo las necesarias para conseguir una buena navegación y rechazar las cookies de publicidad o de terceros. Es igualmente aconsejable borrar las cookies con regularidad, incluso puedes configurarlas.
Es fundamental mantener siempre una navegación segura y conocer los posibles riesgos para tratar de evitarlos en la medida de los posible.
Amenazas y riesgos de la huella digital
Suplantación de identidad o phishing
Pueden suplantar tu identidad creando perfiles falsos a partir de fotografías que hayas subido a sitios webs y redes sociales. Evidentemente sin tu autorización ni conocimiento. Es una práctica cada vez más frecuente en las redes sociales, ya que les permite obtener determinada información a la que resulta difícil acceder desde otros medios. También puedes ser víctima de phishing, una técnica con la que los hackers tratan de engañar haciéndose pasar por una persona o entidad de confianza.
Fuga de datos
Se trata de un ciberataque que tiene el objetivo de dañar la imagen y la reputación de una persona o una empresa. La información que se difunde es generalmente de carácter sensible o confidencial.
Ataques a los servidores o denegación de servicio (DDoS)
A diferencia de la suplantación de identidad, que es más común a nivel de usuario, los ciberataques a los servidores se producen en las empresas, ya que pueden contar con la huella digital de millones de usuarios que se verán afectados. En este caso de ciberseguridad no sólo se daña la imagen y reputación de una empresa, sino que el robo de esta información también puede suponer una responsabilidad civil o penal.
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